Nieve y hielo, agarrarse al asfalto
- En 2021 hubo 61 accidentes con víctimas en condiciones de hielo o nieve.
01 diciembre 2022
La mayoría de lo conductores no estamos familiarizados con la conducción sobre nieve o hielo al ser fenómenos menos frecuentes. Pero cuando se presentan, resultan peligrosos y pueden sorprendernos en plena marcha. Tome nota de a qué se enfrenta al conducir con nieve y hielo en la calzada y sepa cómo afrontarlos de forma segura. En 2021 hubo 61 accidentes con víctimas en condiciones de hielo o nieve.
Principales riesgos
Impide la visión. La nieve oculta las señales y las marcas viales y reduce la visibilidad del conductor.
Poca adherencia. Ya con los primeros copos, la calzada se vuelve muy resbaladiza. A medida que el espesor crece aumentan las dificultades y no podrá circular sin cadenas o sin neumáticos de invierno.
Cómo actuar
Alumbrado. Encienda las luces de cruce, reduzca la velocidad y aumente la distancia de seguridad.
Siga las huellas. Circule por las rodadas de otros vehículos y evite manejar el volante con brusquedad.
No acelere. Cuando inicie la marcha del vehículo no acelere, solo suelte suavemente el pie del embrague.
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Peligros de la helada
Agarre ‘cero’. La adherencia de un vehículo sobre hielo es crítica, mucho menor que sobre la nieve.
Invisible. El hielo es un peligro ‘oculto’, difícil de detectar. Suele aparecer en zonas en sombra, resguardadas, con alta humedad u orientadas al norte.
De noche. Especial precaución cuando cae la noche: cualquier punto de la carretera donde corra el agua de día puede helarse al ponerse el sol.
Cómo actuar
Alerta. Si durante la conducción empieza a nevar o prevé la presencia de placas de hielo, active el ‘modo alerta’: vigile la temperatura externa y reduzca la velocidad si desciende por debajo de 3ºC.
Anticípese. Sobre hielo, mantener el control es casi imposible. Siempre que pueda, evite la situación de riesgo y trate de esquivar posibles superficies heladas.
Patinar sobre ruedas. Si de pronto siente deslizar el vehículo, estará rodando sobre hielo. Disminuya lentamente la velocidad y manténgala muy reducida.
Suavemente. Intente mantener la trayectoria y en ningún momento frene, mueva el volante, acelere o decelere con brusquedad. Tenga en cuenta que la falta de adherencia hace que la dirección y el comportamiento del resto de vehículos pueda ser imprevisible.
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En el caso de quedar atrapado en una carretera donde la nieve hace imposible seguir la circulación, si nuestro vehículo no monta neumáticos de invierno estará obligado a poner cadenas (metálicas, de tela...). Ante todo, tenga la precaución de llevarlas en el maletero si prevé nieve en su camino. Y también, muy importante, un buen par de guantes para las manos: el frío puede hacer insufrible el montaje de las cadenas metálicas tradicionales, en especial si no tiene práctica. Móntelas siempre en el eje motriz y si su vehículo tiene tracción a las cuatro ruedas, en el delantero. Y no pase de 30 km/h con ellas puestas:
• Desabroche el aro rígido e introduzca un extremo por detrás de la rueda, deslizándolo por el suelo.
• Tome los dos extremos, compruebe que ningún trozo de la cadena queda aprisionado por la rueda, cierre el aro interior y céntrelo bien por detrás del neumático.
• A continuación, cierre el anillo exterior y centre el conjunto de la cadena sobre la zona de rodadura y flancos del neumático.
• Apriete con el tensor y enganche el sobrante de la cadena para que no golpee en el paso de rueda.